UNA HISTORIA QUE TE SERÁ FAMILIAR

Era 5 de enero de 1991.

Yo tenía 8 años y entraron por la puerta tres tipos que no conocía de nada.

Aparecieron de noche y con alevosía.

Di un salto enorme en el sofá, busqué la mirada de mis padres para saber qué ocurría, pero los noté tranquilos, casi felices.

Esos tres tipos se acercaron hasta mí, me dieron tres regalos y se marcharon sin tiempo de que se me calmaran las pulsaciones.

Eran ellos.

Los famosos Reyes Magos.

Al día siguiente, mientras disfrutaba de mis nuevos juguetes, un amigo de mi padre vino a hacernos una visita.

Me sonaba de algo pero no caía de que.

De pronto me di cuenta.

Era uno de los Reyes Magos que la noche anterior me dio uno de los regalos.

Mi mundo dio un vuelco.

¿He sido engañado toda mi vida?

¿Al resto de niños les llevan los regalos los Reyes Magos de verdad?

¿Saben esto el resto de mis amigos?

Esa fue la primera vez que fui consciente de que todo lo que te dicen o ves puede que no sea como crees o como te han dicho.

(Encima era fan de la serie V y empecé a cuestionarme si mis padres eran lagartos)

Desde entonces me convertí en una persona que se lo cuestionaba todo.

Si alguien me contaba algo intentaba confirmar si lo que me decían era cierto por mis propios medios.

Eso, en la época preinternet, significaba leer mucho, leer variado, contrastar opiniones y, sobre todo, preguntar mucho.

El niño repelente.

Con la llegada de Internet la cosa parecía que iba a mejorar, pero no.

Tenía acceso a más información, pero también había más posibilidades de tragarme bulos o información malintencionada.

Así que no quedaba otra que seguir contrastando y preguntando.

Eso no sale gratis.

Al principio es gracioso.

-Qué mono el niño cómo pregunta.

Pero cuando al niño le van saliendo pelos donde antes no había el comentario va virando a:

-Tío, vamos a dejar de quedar con este que es un pesao.

Tú sabes bien lo que te digo.

  • Amigos que dejan de quedar contigo.
  • Peleas en reuniones familiares por no seguir la misma línea de opinión que todo el mundo.
  • Plantearte si realmente eres el loco y el resto es el que tiene razón.

Al verme aislado tenía dos opciones.

Encerrarme en mí mismo o fingir que no pensaba como lo hacía y subirme a la corriente de opinión donde más amigos estuvieran.

Cometí el error de escoger lo segundo.

Pero un día, cuando me vi en un reservado VIP de una disco, charlando con una chica que me estaba hablando de un programa de televisión que me importaba una mierda, con unos “amigos” borrachos cuya única preocupación era hacer ese mismo plan al día siguiente y con el peor estado físico y mental que recordaba decidí parar en seco.

Literalmente me levanté y no volví a verlos nunca más. 

Tampoco les importó.

Vivir así, recibiendo información irrelevante constantemente, consumiendo contenido que no me retaba intelectualmente o con hábitos negativos me estaba convirtiendo en otra persona.

Decidí volver a mi verdadero yo.

Al lado curioso e inquieto que se lo plantea todo.

Hay quien vive infeliz, fingiendo en ese otro mundo, y quien rompe con todo y decide asumir las consecuencias de nadar a contracorriente o perder a personas por el camino.

Ahí entras tú.

Por alguna razón has llegado hasta aquí y te sientes identificado con mi historia.

Es normal, todos los que pensamos así tenemos un pasado similar.

Lo sé porque andando el camino del inconformista he ido conociendo a otros como yo, como tú, y por eso he decido unirnos a todos bajo un mismo techo.

El Club Pensar No Duele.

¿Qué vas a encontrar dentro?

 

-Entrevistas exclusivas a referentes sobre temas como:

Dinero.

Salud.

Hábitos.

Conspiraciones.

Temas polémicos de actualidad.

Educación.

Deporte.

La lista podría seguir y seguir, pero, lo importante, es que el tono siempre será buscando “el otro lado” y huyendo de lo estandarizado.

-Formaciones: referentes en su sector desarrollando formaciones en exclusiva para la comunidad.

-Comunidad: encontrarte con otros como tú en un mismo lugar.

Creo que es lo más enriquecedor de todo, poder compartir opiniones, conocimiento y puntos de vista con otros inquietos como tú, en un lugar seguro y abierto a debate.

-Club de lectura: saber es poder, por eso compartimos libros de interés sobre los que debatiremos, sacaremos resúmenes y mapas mentales para poder exprimir su conocimiento al máximo.

-Exclusividad: contenido que únicamente podrás encontrar dentro de la comunidad.

¿Cuánto cuesta?

 

5 euros al mes.

Se pagan de 6 meses en 6 meses.

Hoy tiene este precio, mañana puede que suba (lo hará, te lo aseguro).

¿Por qué tengo que pagar 6 meses de una vez?

 

No te miento, de esta manera sé que te comprometes conmigo por 6 meses y tengo ese tiempo para convencerte de que te quedes conmigo otros 6 más (y te quedarás, ya verás).

Pensar No Duele no es un restaurante fast food donde entras, arrasas con todo en unos minutos y te vas.

Es cocina de autor, hacemos el contenido con cariño, buscando exprimir cada contenido para ponértelo encima de la mesa y que lo disfrutes con tranquilidad.

Si tenemos una primera cita y te vas antes del primer plato será difícil que consiga enamorarte.

¿Carne o pescado?

¿Por qué cuesta dinero entrar en la comunidad?

 

Porque de esta manera puedo hacer un contenido libre. 

No le debo nada a nadie, no hay un ente externo que me dé dinero y me diga lo que tengo que decir, hacer o escribir, como ocurre con las grandes líneas editoriales en todo el mundo.

Si nadie es tu dueño, tú tienes el mando de hacer lo que quieras.

También podré conseguir mejores contenidos, formaciones y mentores para la comunidad, tú sales ganando.

Y, sobre todo, porque de esta manera apoyas este tipo de contenido.

Realmente creo que 5 euros es un precio bajo para todo lo que vas a recibir dentro de la comunidad.

¿Te parece caro?

 

Ver la tele o hacer scroll infinito en el móvil es gratis pero es mucho más caro que mi membresía.

Aquello es Mcdonalds para tu cerebro y lo mío es caviar (o jamón, joder, tanto caviar ni caviar, si no esta tan bueno).

Piensa en tu yo de 15 años, siendo el rarito del grupo de amigos, y sintiéndose desplazado.

Él hubiera pagado por entrar a un grupo de inquietos y curiosos como Pensar No Duele, regálaselo.

Hazlo por él.

¿Te sigue pareciendo caro?

 

Ok, hagamos una cosa.

Si entras y no crees que vale la pena te devuelvo los 30 euros que has pagado y tan amigos.

Serías el primero que lo hace.

 

Tu tarjeta la puedes dejar aquí abajo, yo te espero dentro para darte la bienvenida a “El Club No Duele”.