Con la última animalada de Nadal este último fin de semana ganando el Open de Australia con una remontada espectacular ha vuelto el foco a uno de los conceptos más ambiguos, sesgados y facilones que conozco.
El de la “Cultura del esfuerzo”.
La estadística del momento en el que Nadal, según el Big Data, los algoritmos y tu Tío Alberto, predijo que tenía tan solo un 4% de ganar ese partido corrió como la pólvora por redes.
💪 Si te esfuerzas lo suficiente puedes conseguir lo que quieras.
Bien, Nadal se sacó la chorra y la refregó por cada uno de los bits y unos y ceros de estas inteligencias y ganó el partido, aunque todos los análisis decían lo contrario.
Menos el de tu Tío Alberto que te escribió después de tomarse la última gamba “Te dije que esto lo remontaba”.
Las Redes Sociales se llenaron de mensajes de elogio e incluso onanísticos hacia el de Manacor y, como no, de proclamas del tipo “Si la sigues la consigues”, “Nunca dejes de luchar”, “El esfuerzo tiene su recompensa” y un variadito de ese estilo.
Por supuesto, hay que unirle la épica de las declaraciones posteriores del jugador que remarcaba (como para no, joder) que venía de un año durísimo, que casi dice adiós a la temporada por una lesión, las dificultades COVID y el ruido entre medias del tema Djokovic.
Todo este coctel épico siempre deja un mensaje tras él como si de un dolor de cabeza tras una resaca se tratara.
Si te esfuerzas lo suficiente puedes conseguir lo que quieras.
🙊 La mentira del esfuerzo
Un mensaje que ayuda al que le quedan pocas fuerzas, al que inicia un camino que no ve claro y un claro ejemplo para los chavalitos que ven en estas figuras a sus referentes.
Y todo sería cojonudo si el mensaje no fuera mentira.
Siento tener que venir a joderte el día a ti que cada día entrenas para llegar a jugar en el Madrid o echas 5 horas más de oficina para conseguir ser subdirector de zona Este de tu provincia.
Y no me entiendas mal, para conseguir objetivos o alcanzar el manido éxito es necesario un grandísimo esfuerzo, inversión de tiempo, de conocimiento, de dinero incluso, pero no es el único factor.
Muchas veces es suficiente con un esfuerzo moderado y estar en el momento justo en el lugar adecuado.
¿Es más fácil hacerte millonario siendo promotor de pisos ahora o en 1985? ¿Tendrías el mismo éxito abriendo un box de Crossfit ahora o habiéndolo hecho en 2014? ¿Hay más posibilidades de ser alguien en Twitch entrando ahora o habiéndolo hecho en 2018?
Sobre esto último habló
Ibai hace poco y se le echaron encima ya que sugirió que si tu ilusión es hacerte streamer lo hagas, pero como complemento de tu vida, como hobby, pero que no era buena idea que lo dejaras todo y echaras decenas de horas a la semana en la plataforma porque ese esfuerzo no te iba a valer de nada en la mayoría de los casos ya que lo que él y otros como él están viviendo es algo irreal.
¿Qué ocurrió?
Se le echaron encima con el argumento de que lo que no quería era más competencia (como si a Ibai le fuera a molestar que Jose Carlos de Alicante stremeara) y la realidad es que es una verdad incómoda que en la sociedad de Mr. Wonderful no gusta.
Puedes echarle toda la ilusión y esfuerzo a un proyecto y comerte una mierda.
🧚♂️Consecuencias del Mr. Wonderfulismo.
Esto esta creando una oleada de depresiones tremenda.
Personas a las que se les había vendido que, si te esforzabas, ibas a la Universidad, estudiabas mucho, echabas muchas horas, llegabas tarde a casa y le metías algo de tiempo también en los fines de semana, ibas a conseguir casi lo que quisieras, ganar mucha pasta y/o comprarte un adosado, como hicieron tus padres.
Pues siento ser portador de malas noticias.
Repito, el esfuerzo no es la única variable en la ecuación. Siguiendo el ejemplo de tus padres, ellos vivieron otra época, otro mercado laboral, otros derechos laborales, otro tipo de crecimiento.
El esfuerzo tenía un peso en su ecuación que no es el mismo que en el tuyo.
Si has llegado hasta aquí no quiero que parezca que soy en Grinch de la ilusión, pero criar una sociedad deprimida que crea que se merece más porque se ha esforzado mucho es peligroso,
¿Por qué?
Porque alguien que cree que se ha sido injusto con él no busca solucionar su situación, si no quejarse constantemente y una sociedad de quejicas es una sociedad en recesión.
Si no piensa en la persona más quejica que conozcas y dime si le va bien o mal.
Y si tenéis dudas de todo lo dicho aquí sobre el esfuerzo tenéis el ejemplo del gran
filósofo Homero.